Viaje a un gramo de tusi
Por Mayra Alejandra Ovalle Peñuela
maovalle@uniquindio.edu.co
“Oe, ¿qué trajo?, vamos a soplar”, dice Yeison, mientras explica los términos propios de la escena del tusi. Soplar es la palabra asociada al consumo de tusi, el rudimentario preparado que mezcla a una base de ketamina —anestésico animal— sustancias como LSD, cafeína, nexus, 2CB, éxtasis, MDMA. En Colombia el tusi lleva poco más de 10 años. Aunque no se conocen cifras que realmente revelen la realidad del consumo de este cóctel en Colombia ni en el Quindío; desde el 2012 se ha evidenciado un aumento sistemático a partir de cifras de incautaciones.
Yeison —se reserva su identidad—. tiene 25 años y probó por primera vez el tusi por un amigo hace 4 años. Yeison consumió, cocinó y vendió tusi.
—¿Hay recetas para preparar tusi?
—No, eso depende de lo que a ti te guste sentir. Algunos echan mano de éxtasis para que quede más acelerador. Hay personas que les gusta quedar sedados entonces le ponen más ketamina. El efecto puede durar una hora o menos, uno se puede llegar a consumir 40 gramos en un rato. Yo me olía un millón de pesos en una sola noche.
—Y, ¿cuáles son los insumos?
—La ketamina es la base. Es más fácil de encontrar y de comprar la ketamina para animales porque la que es para humanos pues se la tienen que robar de hospitales y es más duro que haya muchos enfermeros y médicos dañados. Para la de animales entonces existe un mercado negro de esta sustancia, la venden dealers. En el 90 %, el tusi viene con ketamina y MDMA. A partir de eso, varía dependiendo de los gustos del dealer y la clientela.
—¿Qué se hace con esas sustancias?
—Cuando uno cocina la ketamina sale una placa y luego se mezclan pe yote, mescalina o rivotril (medicamento siquiátrico). Se corta o rinde con drogas o sustancias como cafeína, lactosa, glucosa, suero. Normalmente salen 20 puntos –gramos–, en promedio. Acá en el Quindío no hay de eso, pero muchos le echan heroína, fentanilo y morfina. Para preparar el caldo del cóctel la escena es sencilla: ponen la ketamina y otras sustancias en un plato al baño maría o a fuego lento. Usan por media hora una estufa, un microondas o hasta una vela para secar el agua. Luego dan color y aroma con productos de pastelería. Y listo.
—El olor es muy importante. Depende del olor y del sabor la calidad, al gunos saben a tres leches, fresa, Bon Bon Bum, uva. Aquí hay mucho tráfico de eso porque muchos aprendieron a cocinar, pero es muy de muchachos, estudiantes o chinos que quieren hacerse una platica extra. Acá en Armenia hay unas 20 personas que hacen producciones pequeñas, son personas de estratos 1 y 2 en su mayoría. Aunque también hay personas que preparan en el norte. Hijos de papi y mami.
Yeison aseguró que en el Quindío no hay ofi cinas o bandas criminales de gran calado. Son muchachos que ven en esto una oportunidad de negocio y que además creen que el tusi da un tipo de estatus.
— Resalta el que tiene el mejor color, el polvo y aroma. Acá en Armenia hay un círculo de consumo, todos son amigos de todos. Ahora frente a los precios, un tarro de ketamina para animales pue de costar entre $280.000 y $310.000. La humana puede valer $700.000. El MDMA varía el gramo entre $50.000 y $80.000. De ahí para allá depende de lo que le quieran echar. Una ampolleta de morfina vale $15.000, igual el fentanilo de las drogas en el Quindío. Carlos Enrique Correa Lagos, sicólogo clínico, sicoanalista, magister en culturas y drogas y docente de la Universidad del Quindío, explicó que es evidente que la guerra contra las drogas hace más de 50 años fracasó. Insistió que este fenómeno necesita un compromiso desde la educación, la comprensión y la mitigación, así como con acciones complementadas con reducción del daño —es la estrategia internacional desde lo teórico-práctico para intervenir las drogas—. hospitalario, la mescalina está como en $30.000 y ya el corte: la cafeína cuesta $10.000 y los aromas y colorantes son superbaratos. Sacar 20 puntos puede estar entonces en $500.000. El precio base entonces de cada gramo es de $25.000 y el precio al público está en $50.000.
—Y, ¿cuáles son los efectos? —Al principio, cuando uno recién lo prueba eso lo marea a uno. Lo deja superborracho. Ya después tu cuerpo reconoce la sustancia combinada entonces se siente como un poder. Uno piensa: soy un bacán, pue do con todo, lo que se me atraviese lo puedo manejar. Y si me endeudo mañana miro qué hago. Ya cuando uno se vuelve un consumidor habitual, solo lo relaja a uno. Pero las consecuencias son muchas. Por ejemplo, algunos se lo comen porque tienen destruida la nariz por consumir tanto. Esas sustancias queman la nariz. Hace un tiempo que yo lo comercialicé y fue peor porque lo tenía más a la mano. Uno se va enfermando horrible, empecé a sentir dolores de espalda muy intensos, queda uno en la cama por días. Y uno deja de ser productivo y vive sin ganas de hacer algo.
EL PANORAMA DEL TUSI EN EL QUINDÍO EN CIFRAS Y OPINIONES PROFESIONALES
Desde SINTAGMA hablamos con distintos profesionales de la salud, quienes brindaron miradas sobre el fenómeno También indicó que el diagnóstico en el departamento es preocupante. “Las entidades regionales en materia de prevención y atención se han visto desbordadas. En el campo de la salud existe mucho qué hacer.
Julián Quintero, autor del libro Échele Cabeza, señala que esto no es sólo un fenómeno que compete a la salud, sino a la sociedad en su conjunto”. Sobre el fentanilo modificado, aseguró Correa Lagos que no ha llegado a Colombia. “Es una propaganda del prohibicionismo para infundir terror, esa es la estrategia publicitaria. Por otro lado, el tusi que se consume en Colombia no es tusi, es una mezcla de éxtasis y ketamina con fármacos”.
Según el Ministerio de Defensa Nacional (Policía Nacional - Dirección Antinarcóticos, Ejército, Armada y Fuerza Aérea) las cifras de incautaciones de 2CB en el Quindío son: en el 2021 se incautaron 78 unidades; en el 2022 se incautaron 70 y, en lo corrido de 2023, van 326 unidades (Armenia y Montenegro son los municipios en los que ha habido mayores incautaciones). Aquí, como en muchas cifras oficiales, hay un subregistro, porque el Estado llega tarde y con deficiencia a la realidad.
A las cifras anteriores, se suma que a partir del documento oficial Estudios y documentos previos al convenio de asociación de agosto 24 de 2023, que emitió el Ministerio de Justicia, en el país se encendieron las alarmas debido a que se indica que en 8 años las incautaciones de tusi (feniletilamina con efecto estimulante y alucinógeno sobre el sistema nervioso central) aumenta ron significativamente: “En Colombia, de acuerdo con la información reportada por el Sistema de Información de Drogas en Colombia (SIDCO) del Ministerio de Justicia y del Derecho (MJD), […] pasando de 979 unidades en 2015 a 37.387 unidades en 2022 y a 61.400 unidades en lo corrido de 2023”.
De igual manera, se consultó a Andrés Mauricio Morales Duque, coordinador del Plan de Intervenciones Colectivas Hospital Mental de Filandia, quien resaltó frente a la atención en caso de consumo de SPA: “Tenemos una alta capacidad de respuesta en prevención de SPA gracias a las acciones que se realizan desde diferentes entornos como lo son hospitales municipales, clínicas en salud mental, el Hospital Mental de Filandia, secretarías sociales y de salud, entre otros.
También son importantes actores como docentes, orientadores escolares, líderes sociales, organizaciones priva das quienes vienen haciendo un gran trabajo; sin embargo, es claro que hay baja conciencia frente al riesgo, frente a los peligros que hay en los efectos del consumo de drogas. La media departa mental en cuanto a la edad de inicio de consumo de drogas es muy baja, inician a consumir a los 12 años”, manifestó.
En la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas realizada en el 2019 por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, el Quindío ocupó el tercer lugar, después de Putumayo y Risaralda de prevalencia de consumo, superando en cifras a la media nacional de 9,7 %. Por otra parte, Óscar Cabrera Erazo, médico siquiatra, trabaja con la Clínica El Prado y coordina la Unidad de Fármacos del Hospital Mental de Filandia, trazó una mirada sobre el consumo en el Quindío: “En el departamento tenemos graves problemas de consumo de SPA. Es uno de los departamentos con más conflicto por consumo en Colombia. Aquí hay gran consumo de marihuana, heroína, bazuco y tusi. Claro que aquí se consume un tusi regional, es autóctono. Lo hacen con ketamina, anestésico para animales y los combinan con otras sustancias. Tenemos problemas con el tusi, no tan severos como la heroína, pero es uno de los primeros que se consumen”.
Cabrera Erazo destacó igualmente que el consumo trae otras consecuencias graves: violencia intrafamiliar, in seguridad ciudadana por hurtos, mendicidad. “Hay varias ollas en Armenia, están identificadas, pero no ha habido algo contundente por parte de la Poli cía. Estamos muy pendientes de que el fentanilo no vaya a llegar al departamento, esta es una heroína cien veces más potente, las consecuencias son terribles y nefastas”.
Igualmente, añadió: “Me están llegando niños muy pequeños adictos a las drogas. En este momento tengo niños de 8 y 9 años consumidores de sustancias. Estos niños hacen delincuencia en la calle y las niñas se prostituyen. Hace unos 20 años atrás, la proporción entre pacientes mentales hospitalizados y pacientes por fármacos era abismal. Teníamos 50 camas y de ellas 40 eran generales y 10 adictos. Ahora tenemos más adictos que pacientes generales”.
Al panorama anterior, que bastan te ya indica de la situación actual, se suma otro elemento relacionado con las urgencias y la atención médica. Diana María Pinilla Herrera, coordina dora médica del Servicio de Urgencias del Hospital San Juan de Dios, informó que en los últimos 3 meses del 2023 se han tenido 300 ingresos de pacientes con diagnóstico de consumo de sustancias sicoactivas. “Además, el total de pacientes que pueden reingresar, es decir que pueden venir varias veces al mes a raíz del consumo de sustancias, tenemos por lo menos 600 ingresos a los servicios de urgencias en el mismo periodo”.
Otro elemento importante: preocupa por un lado que dada la facilidad con la que se prepara el tusi, prácticamente cualquiera puede hacerlo en una cocina. Por otro lado, se suma, un hecho grave desde la parte de toxicología: La gente, cuando consume sustancias sicoactivas, cree consumir lo que está comprando. “Piensan que cuando compran cocaína, están consumiendo cocaína. O cuando compran marihuana, creen que está consumiendo marihuana. Pero, cuando se hacen estudios de las composiciones de las drogas que se compran en la calle, práctica mente, la mayoría son cócteles, o sea, son mezclas. Es decir, no solo el tusi es un cóctel y no hay manera de certificar la pureza de las sustancias sicoactivas que estás comprando en la calle. De allí el riesgo”, explicó Pinilla Herrera.
ATENDER PARA PREVENIR
Para el segundo semestre de 2023, la Gobernación del Quindío a través del Hospital Mental de Filandia, inició con el Plan de Intervenciones Colectivas, PIC. Un recurso para la atención primaria en salud en los diferentes entornos familiares, comunitarios, educativos y escolares: “enfocado en la promoción de la salud mental y la prevención del consumo de sustancias sicoactivas.
Este plan llevó a cabo las tecnologías de zonas de orientación escolar y redes sociales comunitarias. Y se benefició a una institución educativa priorizada de cada uno de los 11 municipios que son competencia de la Secretaría de Salud de la Gobernación del Quindío. Esto nos ha permitido conformar redes operativas con estudiantes, padres de familia y docentes quienes dinamizan acciones de promoción de la salud mental y prevención del consumo de SPA”, expresó Morales Duque.
El coordinador indicó que se han conformado redes operativas con estudiantes, padres de familia y docentes quienes dinamizan acciones de promoción de salud mental y prevención del consumo de sustancias.
Sumado a lo anterior, desde la Secretaría de Salud de Armenia, en el marco de la Política Nacional de Prevención y Atención del Consumo de Sustancias Psicoactivas, informaron que se vienen implementando estrategias orientadas a promover la salud y prevenir riesgos frente al consumo de SPA en los diferentes cursos de vida.
Asimismo, promueven, en palabras de Lina María Gil Tovar, secretaria de Salud de Armenia, entornos protectores a partir del fortalecimiento de capacidades en la comunidad educativa y sus redes para prevenir los riesgos de exclusión y estigma social a través de los dispositivos comunitarios en salud en contexto escolar, denominado Zonas de Orientación Escolar, ZOE.
RUTAS PENDIENTES
Las acciones deben apuntar a la prevención basada en la evidencia científica. Son necesarias políticas públicas e intervenciones basadas en la prevención del consumo de SPA, acciones que no deben ser atomizadas sino sistemáticas. Morales Duque indicó: “Necesitamos acciones acordes al paradigma actual, contemporáneo de la prevención del consumo de SPA. Es un paradigma en el que no se habla de drogas, no se informa o muestran imágenes sobre es tas, no se sataniza o se intimida con in formación basada en daños en la salud, sino que se realizan acciones basadas en la promoción de estilos de vida saludables y el fortalecimiento de factores protectores”.
Por su parte, Cabrera Erazo afirmó la necesidad de apuntar a la prevención: “En el departamento tenemos muy pocos programas preventivos. Eso es lo que se necesita, que no caigan en el consumo porque una vez caen, esta no tiene cura. Una vez empiezan a consumir, dejan un tiempo, pero no se curan de eso. Tenemos que fortalecer estos programas”.
En la cultura hay una exaltación del tusi. Canciones como Sopla Tussi So pla Tussi, de Tatan Ladino DJ; y Sople Remix, de Kris R x Kidd Keo x Pirlo x Totoy El Frio, temas que hacen alarde a cocinar el cóctel de drogas e invitan al consumo, de allí también el ambiente de reconocimiento y estatus que genera el uso de esta droga.
Por ello, los desafíos impulsan hacia un trabajo que articule a la sociedad civil, la academia, el gobierno y la institucionalidad pública: ese es el camino para hacer frente a esta problemática de salud pública.
Fecha de publicación 05/02/2024
Última modificación 06/02/2024