Universidad segura: cómo vamos frente a las violencias basadas en género
Por Nathalia Baena Giraldo
nbaena@uniquindio.edu.co
Convivir no debería ser tan complejo, menos en los espacios de enseñanza-aprendizaje. En ese sentido, SINTAGMA conversó con las áreas de Bienestar Institucional de cinco universidades de Armenia (Uniquindío, La Gran Colombia, Alexander von Humboldt, Institución Universitaria EAM y Antonio Nariño) que adoptaron los lineamientos del MEN, con el f in de conocer qué planes de acción realizan y cómo se articulan.
Ninguna forma de violencia es justificable. Dialogar sobre la realidad de las Violencias Basadas en Género –en adelante VBG– en las universidades con sede en el municipio de Armenia es, sin lugar a duda, el puente que las lleva a reconocer que ellas sí existen en los contextos académicos.
UN PANORAMA ALENTADOR
En 2022, el Ministerio de Educación Nacional estableció los lineamientos de prevención, detección y atención de violencias y cualquier tipo de discriminación basada en género en Instituciones de Educación Superior (IES).
Armenia tiene aproximadamente 307.000 habitan tes de los cuales el 53 % son mujeres. Es fundamental que las universidades —lugares en los que estudian tes, docentes o administrativos pasan la mayoría del tiempo— sean espacios seguros para todas y todos. La ruta de atención de VBG es fundamental, y las 5 universidades mencionadas sí cuentan con ella, además del protocolo de prevención de VBG.
2 de ellas tienen política institucional y 4 manifestaron haber recibido denuncias por VBG. Ahora bien, los casos que atienden no suceden únicamente dentro de la institución, sino que, como compromiso del área de bienestar institucional, activan la ruta y hacen seguimiento cuando también hay casos externos, sea por violencia intrafamiliar o por parte de la pareja sen timental, entre otros.
BIENESTAR INSTITUCIONAL: PUNTOS FUCSIAS SEGUROS
El papel que cumple bienestar universitario es, in discutiblemente, el más importante de todo el contexto universitario. Es el área que vela por el desarrollo humano, atendiendo la salud física, mental y reproductiva; la integridad, la cultura, el deporte y la formación sicosocial de estudiantes y funcionarios; además de la inclusión educativa y la diversidad cultural.
Jéssica Flores Marín, funcionaria de Bienestar Institucional de la Uniquindío, explicó que el protocolo de prevención se encuentra en armonización y modificación constante, gracias a la mesa técnica conforma da por 12 estudiantes y colectivas feministas que se encarga de identificar las falencias del protocolo y sus necesidades.
Para la EAM, que tiene 1.090 estudiantes de los cuales el 65 % son mujeres y el 59 % de ellas está entre los 16 y los 27 años, el proceso es más focaliza do, tanto que desde enero de este año construyeron la política institucional de VBG. Andrés Espitia Cadavid, director de Bienestar Institucional, contó que la ruta y el protocolo les da herramientas para la detección temprana de VBG, así como la posibilidad de atender no sólo a la comunidad académica, sino también a madres y padres de familia.
Además, en las 5 universidades, el plan de acción está encaminado en hacer pedagogía a través de actividades sobre comunicación asertiva, relaciones inter personales, identificación de violencias y socialización de ruta y protocolo.
SENSIBILIZAR, PROTEGER Y CONSTRUIR CONFIANZA: RETOS POR ALCANZAR
Las VBG son una problemática que no disminuye. Las universidades de Armenia coinciden en que los mayores retos están puestos en socializar y sensibilizar sobre las VBG, la ruta de atención y el protocolo de prevención con todos los actores sociales.
Otro desafío importante es tener la capacidad insta lada para atender las VBG, de manera que la ruta sea efectiva y no quede a medias, como suele suceder en la mayoría de los casos. Además, están de acuerdo en que se debe promover la educación no sexista, acabar con el acoso académico y laboral, así como desinstalar patrones violentos, sobre todo los invisibles.
Al respecto, La Juanpis, mari-k, activista y conta dora uniquindiana, considera que en las universidades “hace falta más escucha e integración con lxs estudiantes y el activismo social porque muchas de las rutas y programas que se ofertan para las diversidades no abarcan realmente las necesidades de nosotrxs, ya que no se han sentado para conocer lo que podemos necesitar”.
ALIANZAS PARA PREVENIR, DETECTAR Y ATENDER LAS VBG
Acabar con las VBG dentro y fuera de las universidades es un trabajo que debe involucrar a todos los actores sociales. Las IES han tejido alianzas con la Policía Nacional —a través de la Patrulla Púrpura—, ONU Mujeres, ICBF y las secretarías municipales de salud, familia y desarrollo social, además de Ascun.
Otro aspecto importante es que este año se construyó en Armenia la Política Pública de Mujer, a través de la secretaría municipal de Desarrollo Social, deuda que se tenía con la ciudadanía y que se espera sea implementada de manera eficiente.
SER ACTORES DE PROTECCIÓN
Carmen Aydé Fernández, enfermera, docente de la Uniquindío y doctora en formación desde la Diversidad, considera que las IES van por buen camino, no obstante, cree que a la Uniquindío debe trabajar más en la protección: “que toda la Institución sea una zona de protección para todos, no solamente para las mujeres, sino también para quienes tienen más susceptibilidad de violencia: población LGTBIQ+, indígenas, afros y las personas de la NACUQ”.
En suma, masificar los procesos de protección, transformar el lenguaje, hacer efectivas las rutas de atención y ser cuidadores del otro son parte del faro que podrá llevar a las instituciones de educación superior a ser espacios seguros y confiables.
Fecha de publicación 06/02/2024
Última modificación 08/02/2024