"No nos interesa ocultar nada, aquí estamos", obispo de Armenia
Por Ernesto Acero Martínez
eacero@uniquindio.edu.co
En el Quindío, contrario a lo que indicaron algunas versiones periodísticas, este medio de comunicación, documentación en mano, pudo constatar que no son 13 los sacerdotes adscritos a la Diócesis de Armenia a los que se les abrió investigación por la presunta comisión de delitos sexuales contra menores de edad, sino 7.
3 de los 7 sacerdotes investigados están cumpliendo precepto penal, me didas exigidas a la luz del derecho canónico que permite levantar las medidas cautelares o las restricciones que sobre ellos pesan hasta que se cumpla y dé por terminado el proceso y regresen a su ministerio. Este momento del proceso permite concluir, anticipadamente, que estos sacerdotes no serán declarados culpables.
De los 4 casos activos, 1 fue trasladado al dicasterio para el clero que atiende casos de personas adul tas, y otro, después del análisis por par te del dicasterio para la doctrina de la fe, fue cerrado, la Diócesis no encontró materia ni fumus delictus. Hay dos casos activos en la Diócesis de Armenia.
La primera autoridad de la Iglesia católica en el Quindío aseguró que tan pronto se recibe una denuncia abren una investigación preliminar e informan a la Fiscalía. El obispo diocesano sostiene que la Iglesia está empeñada en la verdad. Afirma que los papas han asumido grandes tareas y que no les interesa ocultar nada y que están dando la cara.
¿Qué siente usted, señor obispo, por los sacerdotes investigados en el Quindío, señalados de abuso sexual a menores de edad?
Por un lado, está el dolor institucional, hay un dolor de Iglesia, y luego hay un dolor personal. El obispo experimenta ese dolor porque es padre y es pastor y esa paternidad espiritual que se vive con los sacerdotes le lleva a vivir momentos de dolor y sufrimiento. Natural mente, hay un dolor que compartimos con las víctimas, con sus familias, eso también nos duele. Por eso, hoy la Diócesis de Armenia, desde la Ofi cina del Buen Trato, ofrece acompañamiento a las víctimas y sus familias.
¿En qué consiste ese acompaña miento a las víctimas?
Es acompañamiento sicológico y espiritual. En la Ofi cina del Buen Trato, que es donde se reciben las denuncias, se hace el proceso previo de investigación. Ahí empieza la ruta de acompañamiento; hay una sicóloga que acompaña a las víctimas, con grandes niveles de confidencialidad y respeto, y hay también acompañamiento espiritual.
¿Es posible la recuperación de un sacerdote culpable de algún delito sexual?
Durante la investigación preliminar, las medidas cautelares comienzan por decirle al sacerdote que no puede celebrar en público. Él puede celebrar en privado, lo que significa es que puede hacerlo en su casa, él, solo, o con su señora madre si está; lo que no puede es, por ejemplo, invitar a los vecinos y convertir su casa en una capillita. Cuan do se define que hay un delito, pues entonces el obispo tiene que proceder con preceptos penales que son penas medicinales, o debe proceder con procesos administrativos penales si así lo exige la congregación para la doctrina de la fe. Las penas tienen que ser proporciona les a la gravedad del delito y eso implica, muchas veces, no solo la suspensión del ministerio, sino que la persona no puede ir a las parroquias en las que ha prestado algún servicio y tiene que tomar distancia de la víctima y la familia.
La persona necesita un tratamiento sicológico, a veces hasta siquiátrico. Hay que conocer su historia de vida, como también hay que conocer la historia de vida de la víctima. A los sacerdotes también se les ofrece acompañamiento sicológico y espiritual. Los sacer dotes, en general, son reacios a recibir ayuda sicológica. Muchas veces consideramos que, como pasamos por un seminario y estudiamos filosofía y teología y vimos alguna cátedra de sicología, podemos soportar cualquier problema o dificultad y que no necesitamos de un sicólogo o un siquiatra para orientarnos sobre cómo vivir y qué hacer. El sacerdote sí se puede recuperar, pero es un trabajo lento y cuando los delitos son muy graves los procesos de recuperación son muy complejos.
¿Qué puede generar que un sacerdote cometa un delito sexual?
Hay que indagar cuál fue su niñez, cómo se vivió a nivel de familia. Algo falló en el proceso estructural de esa persona. Oímos decir con mucha frecuencia que el que es victimario pudo haber llegado a ser víctima en su niñez y eso puede ser cierto, no es una regla general, pero es posible que la persona también en la niñez haya tenido problemas de abuso, que en su casa haya evidenciado problemas de autoridad, recordemos que hay abuso de conciencia, abuso de poder y abuso y maltrato físico. El abuso de poder es otro delito que la Iglesia mira hoy con mucha solidez y exigencia. Algo tuvo que haber fallado en la estructura emocional y sicológica de esa persona y no se le puso atención. No estuvimos atentos a las señales de alerta en casa, en la escuela y el colegio. Cuando la persona llega a un seminario también hay que revisar cómo fue su experiencia de vida. Nos corresponde hacer un trabajo muy fuerte de prevención desde la familia, desde la parroquia, con el seminario, en el presbiterio, con los sacerdotes recién ordenados y también con los que ya son adultos mayores para favorecer la creación de entornos seguros en la Iglesia.
¿Qué está haciendo la Iglesia y la Diócesis de Armenia para que no vuelva a pasar?
La Iglesia, si no es la única, es una de las pocas instituciones en el mundo que está haciendo un trabajo de prevención para que estas cosas no vuelvan a suceder. Los papas han salido a pedir perdón, los obispos hemos pe dio perdón. Sabemos que el perdón se pide porque una institución fundada por Cristo, una institución santa, está con formada por hombres y mujeres débiles, frágiles. Eso no justifica que la pederastia haya crecido.
¿La Iglesia ha ocultado?
Cuando tildan a la Iglesia de ser una organización de crimen organizado me parece que es muy grave, la Iglesia existe para evangelizar. En este trashumar de la historia hemos entendido lo que el papa Francisco nos ha dicho y es tolerancia cero contra cualquier delito. La Diócesis de Armenia tiene la Oficina del Buen Trato, empezamos a hacer un trabajo con el clero, es una tarea permanente de hablarles, darles a conocer las líneas guías dictadas desde el Conferencia Episcopal de Colombia para que podamos generar entornos seguros en las parroquias y en las familias y en el seminario también. Queremos llegar les a los laicos, a los catequistas, a los grupos y comunidades de evangelización para hablarles de la protección de menores. Sacamos dos manuales, uno con un decreto que plantea el itinerario para la protección de menores, y luego un manual de compromiso de todos los agentes de pastoral en el trabajo con los menores de edad. Hay normas claras desde la Diócesis, por ejemplo, les he pedido a los grupos y movimientos que a los retiros espirituales o convivencias, si implica quedarse varios días en la casa de ejercicios o de retiro, no puede haber menores de edad; en las casas curales no puede estar un menor de edad si no está acompañado por su papá o mamá, así sea sobrino del sacer dote; si los monaguillos vienen a la parroquia, pues que vengan con los papás o con personas adultas responsables que puedan cuidarlos; si un sacerdote va a confesar a un niño, que alguno de los padres esté ahí cerca y la puerta esté abierta. Muéstreme qué otra institución, además de la Iglesia, está haciendo un trabajo de prevención para evitar el abuso de un menor.
¿Ha perdido fieles la Iglesia por las investigaciones a sacerdotes?
Claro, es lógico, pero también vuelven muchos. Hay una realidad más pre ocupante, las iglesias en Colombia, Latinoamérica y el mundo se están vaciando de la niñez y la juventud, nos estamos quedando con mucha gente adulta. Hay un plan orquestado desde afuera para quitarles a los niños y jóvenes esas posibilidades doctrinales y la solidez espiritual que puede darles la Iglesia.
¿Cuál ha sido el costo de las denuncias para el Iglesia?
Desgaste y dolor. Nos desgastamos con esa cantidad de derechos de petición. En la Diócesis nos hemos pre ocupado por decir la verdad, por no ocultar nada. Tenemos que enfrentar denuncias perversas, muchos medios solo se dedican a replicar lo que otros periodistas perversamente dicen; infortunadamente muchos medios no contrastan, no buscan la verdad, se quedan solo con una parte. Cuando salen los veredictos a favor de la Diócesis no los publican, publican solo el escándalo. Los sacerdotes que son señalados públicamente y luego absueltos quedan heridos contra el obispo y la Iglesia, eso trae un dolor y un sufrimiento muy grande que ponemos en la intimidad de la oración y la soledad con Cristo. El lema episcopal que elegí es: todo lo puedo en el Señor que me fortalece. Hay muchas cosas que me cuestiono y estas cosas me golpean y sobre todo cuando empiezan a levantar falsos testimonio contra obispos, sacerdotes y la Iglesia, todo eso lo golpea a uno, pero me fortalece el saber que la verdad nos hará libres.
¿Por qué cada día los menores de edad son más vulnerables y violenta dos?
Toda la historia de la humanidad ha estado marcada por estos abusos, lo que pasa es que hoy son más visibles y en eso han ayudado mucho los me dios de comunicación. Al sacar a la luz pública tantos casos de abusos a niños, miramos lo pasado y nos damos cuenta de instituciones creadas para cuidar a los niños que terminaron abusando de ellos. Los entornos en los que muchas familias hoy se están educando son en tornos de mucho riesgo, no hablo solo de consumo de sustancias sicoactivas, es la mala educación, la mala formación, la autoridad que se convirtió en autoritarismo, familias disfuncionales. Muy grave es lo que está sucediendo hoy y que apunta a que crezca el abuso sexual, con estas leyes que quieren imponernos desde otros países. Mientras se quiere hacer un trabajo de prevención, también se van dictando normas que destruyen la belleza y la unidad de la familia.
¿Qué mensaje tiene para las víctimas y sus familias?
Quiero decirles a las familias y las víctimas gracias porque se acercaron a la Iglesia, decirles que cuentan con nuestra ayuda espiritual y sicológica, es algo que vivimos juntos hasta que haya veredictos judiciales. Decirles que estamos empeñados en un trabajo de prevención para que esos entornos seguros en la Iglesia sean reales y para que estas cosas no se repitan, decirles que hoy la Iglesia, como dice el papa Francisco, tiene tolerancia cero contra el abuso y demás delitos. Nos interesa la verdad, pero también el testimonio de vida. Esto es un llamado a la Iglesia, a los hombres y mujeres de la Iglesia, tenemos que vivir un camino de purificación, cuando uno revisa la historia, uno dice aquí lo que nos ha faltado a todos es conversión, si hay conversión hay verdad y la verdad es Cristo.
Fecha de publicación 06/02/2024
Última modificación 08/02/2024